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LA VISITA

El Centro de participación activa visitaba al Centro de artes escénicas y visuales de La Rinconada en la tarde de ayer dentro de su programa Aprendiendo a vivir con el COVID.

Como en la Visita de Friederich Dürremmatt, se armó en la tarde de ayer la algarabía, al más puro estilo de Berlanga, con la aparición de los, ya nuevos amigos y amigas, usuarios/as del Centro Pablo Picasso, en el Centro de artes escénicas y visuales de La Rinconada.


Desde que una sus usuarias, T.C.F., vino a ponerse en contacto con el Centro para organizar un encuentro junto con sus compañeros y compañeras usuarias del Centro de Participación activa de Mayores del Pablo Picasso, comprendimos que teníamos en el Craes la necesidad de que se produjese ese acercamiento.


Mayores, cargados de experiencia y sabiduría, con una inquietante voluntad de participar fuera de los límites de su centro.

Mayores, cargados de experiencia y sabiduría, con una inquietante voluntad de participar fuera de los límites de su centro, en la vida activa, social y cultural del municipio, nos enseñaron ayer sus logros y sus ánimos por auto realizarse y generarse sus propios espacios y oportunidades, una gran lección de vida.


Durante el encuentro, este grupo que participa en el aula Aprendiendo a vivir en tiempos de COVID, que coordina el Educador Social, Carlos Armero, al tiempo que nos desgranaban sus actividades en el Centro Pablo Picasso, pudieron hablar y conocer a usuarios del Centro Craes así como las actividades que se desarrollan dentro de este.


Desde el taller de Pintura y artes Visuales La Barroca, que dirige Marisa Serrano junto con un equipo de socias y socios del Craes, donde pudieron visualizar el funcionamiento del Taller in situ y conocer el trabajo que aquí se desarrolla, hasta la visita al aula de movimiento Creativo de la Incubadora, que coordina Anabel Rueda, en la que pudieron conectar con niños y niñas de entre 10 a 12 años, a los que les contaron anécdotas de su infancia que se desarrolló justo en los terrenos donde ahora se sitúa el Craes.


Les gusta bailar, les gusta el teatro y la pintura, pero por encima de todo valoran el regalo de la vida, las cosas que tenemos desde las más pequeñas hasta las infinitas y sobre todo su necesidad de compartir más allá de lo material, una lección de humanidad que viene para quedarse ya que a modo de reflexión, sirvió la reunión, como un disparador de ideas y propuestas en las que la situar estrategias de aproximación entre ambos centros y más allá entre las personas.


El principio de una maravillosa historia.



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